El semestre llegaba a su fin y con él, llegó la tradicional cena de Navidad del Colegio Mayor. El tercer sábado de diciembre está marcado en rojo en todos los calendarios de los colegiales. La velada comenzó con una pequeña meditación un poco fuera de lo normal: todos delante del Belén del salón escuchamos
cómo nuestro capellán nos hablaba de la importancia de pasar tiempo con nuestros familiares y el saber disfrutar de esos pequeños momentos. La importancia de no centrarnos en los regalos materiales, ni en los pequeños placeres de las comidas de la Navidad, sino en preparar la venida del Niño Jesús a nuestras vidas.
En Mendaur los días de alegría se celebran por todo lo alto. Este año no ha sido menos. La Administración del Colegio Mayor nos regaló una cena extraordinaria: tanto los becarios, como los colegiales de primero y segundo curso entendieron por qué Mendaur es diferente.
Celebramos, también, el tradicional concurso de villancicos por los colegiales de Pisos y de Sede Campus. Después de semanas de trabajo es muy gratificante ver como todos los grupos se suben al escenario y entonan a una sola voz un villancico navideño.
Este año destacó el piso de Rafa Ibáñez. Nuestros oídos disfrutaron de un villancico precioso acompañado por la guitarra de Jon Joseba Marañón y del violín de Antonio Sierra.
Este plan fue el resumen perfecto de lo que hemos trabajado en Mendaur durante los primeros meses: la primacía del buen ambiente, el saber dejar paso al ocio después de haber cumplido con el trabajo y el poder celebrar la Navidad de una manera muy especial.